? El record de pesca

El record de pesca

¡¡Y el día tan esperado de pesca al fin llegó!! Ese ansiado trofeo que todos perseguimos jornada tras jornada, con el que todos soñamos. Ese que está en nuestras mentes antes de acostarnos el día anterior a una salida de pesca. Ese que no para de dar vueltas en nuestra cabeza durante la noche, mientras esperamos con ansia que suene el despertador para marchar a nuestro destino de pesca e intentamos dormir un poco. Porque compañeros….Sí, esa ilusión de superar nuestro particular record de pesca, de conseguir una captura digna de colgar en todas las webs de pesca de internet… ¡esa ilusión tarde o temprano termina convirtiéndose en realidad! El pasado 5 de Marzo ¡por fin llego mi momento!

copa_campeon

 

Suena el despertador, ya era hora, las cinco de la mañana. La pereza para levantarse a trabajar que hay entre semana no hace acto de presencia ese día. Me pongo la ropa de pesca, tomo un café y cojo los bártulos de pesca; me digo… ya teníamos que estar allí pescando.

De camino al lugar elegido de pesca el día no pintaba muy bien, con unas cuantas nubes oscuras asomando por el cielo, el tiempo parecía que nos quería jugar una mala pasada… Después de unas horas de viaje y la obligada parada en un bar cercano al sitio de pesca, para tomar un café, nos plantamos en la orilla y comenzamos a hacer los primeros lances. El nivel del agua estaba bastante más alto que normalmente. No parecía haber mucha suerte aunque de vez en cuando notaba movimientos raros en el otro extremo del sedal que me hacían dudar si eran picadas o enganches con el fondo… A la media hora de estar lanzando sucedió la primera picada, un ataque con ganas, pero ofreció poca resistencia…una pequeña lucioperca de escaso cuarto de kilo, pero menos era nada.

lucioperca1_luciopesca

 

Decido seguir lanzando al mismo sitio puesto que dicen que las luciopercas se mueven en bancos, pero no hay suerte y tras 10 minutos decido moverme unos metros. Al tercer lance ¡zas otra picada! Otra pequeña lucioperca similar a la primera, al menos los peces parecía que se estaban activando. Aunque la zona en concreto suele tener mucha actividad de Black-bass, estos no hicieron acto de presencia por ningún lado; lo cual nos empezó a mosquear. Y sin duda alguna aunque no sabíamos la razón en concreto, no tardaríamos mucho en descubrir el por qué.

lucioperca2_luciopesca

 

Tras 10-15 minutos de sacar la lucioperca  y continuar lanzando noté un fuerte tirón seguido del continuo ruido de mi hilo saliendo del carrete. ¡Dios mío! ¡Esto es grande! No sabía distinguir que pez tenía al otro lado del sedal pues, a pesar de tener el freno bastante regulado y llevar hilo trenzado de 0,15 mm (7,5 kg), la caña estaba totalmente doblada y la tensión de la línea era realmente extrema con aquel  contrincante sacando hilo sin parar. En ningún momento me dio tregua alguna y su aspiración por alejarse lo máximo posible del lugar estaba poniendo al límite mis nervios al ver que los “escasos” 150 metros de hilo, que llevaba mi carrete, estaban sumergiéndose completamente debajo del agua dejando al descubierto cada vez más el color plateado de la bobina de mi carrete. Entonces decidí que tenía que intentar controlar un poco la situación y lleve hacía un lado el puntal de mi caña tratando de ofrecerle un poco más de resistencia en su escapada y así frenar un poco la exagerada salida de hilo de mi carrete. En mi intento, me di cuenta que no podía controlarlo o me partiría el sedal, así es que dejé de forzarle para que se cansara antes y le di vía libre para sacar el hilo que quisiera… Estaba ya claro, aquello era un siluro en toda regla, posiblemente de más de 20 kilos. Pero la inexperiencia con capturas de ese tamaño y los nervios por quedarme sin hilo me llevó a cometer el fallo de mi vida. Quise regular el carrete para que le costara un poco más sacar hilo y al minuto de haberlo regulado, el hilo no aguanto la tensión de aquel animal tirando sin parar y partió. Aquel siluro no lo olvidaré nunca, jamás sabré si fue la pieza que he perseguido durante toda mi vida de pescador o no, pero lo que estaba claro es que tenía que ser enorme…

Después de la rabieta y un rato de lamento continué pescando pero parecía que la actividad era aún menor que al comienzo. Hablando con mi compañero los dos coincidíamos en pensar que los peces no picaban debido a que andaban los grandullones merodeando por la zona. Y era bastante lógico pensar que con la subida del agua los siluros grandes se habían metido  a cazar en el lugar que andábamos lanzando.

Pasada 1 hora larga tuve una buena picada, al fin asomó un bonito blass de un 1 kilo aprox.  Pero en el primer salto que dio fuera del agua  abrió su bocaza y con dos meneos escupió el señuelo dejándome con cara de tonto…que mala suerte.

Mi amigo seguía lanzando donde yo había tenido la picada del siluro pero no estaban por la labor de picar. Así es que después de un rato mi amigo decidió descansar un poco la espalda que se le estaba cargando de tanto lance. Fue entonces cuando decidí volver a lanzar yo allí mientras mi compi se sentó. Al tercer lance volví a tener aquel preciado sentimiento que todo pescador busca, ese subidón de adrenalina como cuando pescas tu primer pez. Sentí que volvía a nacer como pescador, aquella fuerte picada y el sonar del carrete soltando el hilo capto la atención de todos los que estábamos allí. Mi amigo comenzó a grabar con su móvil, su padre que estaba pescando también dejó la caña y se vino a ver la tremenda lucha, y un par de pescadores con los que llevábamos un rato hablando se arrimaron también expectantes por conocer el tamaño de aquel ejemplar. ¡Siluracoooo! El animal no pretendía rendirse fácilmente y el hilo no paraba de salir del carrete. Pero esta vez no cometería el mismo error, regule la resistencia del freno para que el bicho no partiera y le di tregua mientras tiraba. En cuanto veía que soltaba hilo más lentamente, yo tiraba de mi caña para el lado contrario y le arrastraba unos metros bajando la caña hacia el agua para recoger rápidamente los metros ganados. En determinados momentos que cedía el siluro y le arrastraba hacia mí, me daba la sensación de que se había metido debajo de una roca y se había enganchado. Las rocas allí son afiladas y mi temor por perderle era cada vez mayor. Le pegaba pequeños tirones cuando eso ocurría y el siluro volvía a reaccionar y a sacar hilo como loco. ¡Aquello era una locura! Al parecer no era enganche sino que los siluros tienden a pegarse al suelo y quedarse inmóviles, con lo cual da la sensación de enganche debido a su peso y por eso dicen que no debes dejarlos hacer eso ya que puedes perderles. ¿Pero que vas a hacer con un animal de tal tamaño si él dice de quedarse ahí? Madre mía…ya habían pasado 20 minutos desde que lo había clavado y el siluro seguía tirando con la misma fuerza que al comienzo. Yo tenía el brazo que no sabía si era mío  o de mi amigo y todos estábamos desesperados por ver que tan grande era pues el bicho no había asomado en superficie ni una sola vez. Cada vez que intentaba subirlo el animal echaba el freno de mano y volvía a sacar hilo del carrete como loco… Al final ¡después de 30 minutos de lucha conseguimos sacarlo! Aquel día fue uno de los más felices de mi vida como pescador, no conseguía asimilar la proeza que acababa de conseguir. ¡¡¡26 kilos de siluro!!! Después de hacer fotos, pesarlo y soltarlo me fume el cigarrito de la victoria y me quede descansando como 20 minutos para asimilar lo que había pasado.

siluro_26kg_sin_fondo

 

Mientras tanto mi amigo empezó a lanzar en la misma zona y, a los 15 minutos o así, llegó su momento también. Picadón y ruido de carrete soltando hilo como alma que lleva el diablo. Este debía ser más grande que el mío todavía pues no paraba de soltar metros de hilo y mi amigo no era capaz de hacerse con él. Además mi amigo llevaba menos hilo que yo en el carrete. Era su primer siluro y estaba eufórico de emoción, flipando con la fuerza que tiraban aquellos animales. Después de 20 minutos luchando con él, sin apenas poder controlarlo, el siluro se fue a cruzar con la línea de un pescador de la otra orilla que estaba a fondo. El otro pescador al ver que su caña se doblaba pensó que le habían picado y sin sentido alguno empezó a pegar tirones de su caña como para clavar aquello que fuera que le había picado. Tanto tirón sin sentido provoco que se le escapara el siluro a mi amigo con el consecuente mosqueo y decepción que ello conlleva… Aun así, tuvo la experiencia de saber lo que es un siluro al otro lado de la caña y lo disfruto tanto que no tardando mucho volveremos a ir para allá a tentarlos otra vez.

siluro_26kg_sin_fondo1

 

Y esto fue uno de los mejores días de pesca en muchos años de pescador, espero que os guste el relato y sin más me despido.

Dar gracias a mi amigo y su padre por ser mis compañeros de pesca en muchas jornadas, porque lo pasamos genial. A mi amigo por grabar videos y hacer fotos de aquella captura.Y gracias al chico de la foto que me ayudo a sacar el siluro del agua.

Captura y suelta siempre, buena pesca a todos.

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